“El capitanazo”, mejor cortometraje del Festival Intercolegial de Cine “La Salle”
A mediados de septiembre, el Nico nos contactó para decirnos que tenía una idea para un cortometraje. Un martes vino al taller y convenció rápidamente a los profes y a los estudiantes. Algunas cosas no estaban claras: quién iba a actuar, dirigir, etc.; faltaba escribir el guion y encontrar la locación, conseguir todos los materiales y aparatos necesarios. Lo que sí estaba claro es que el Colegio La Salle había pospuesto la fecha límite de inscripción a su festival… había el tiempo justo para realizar el cortometraje, y teníamos a mano una idea con mucho potencial.
La realización estuvo llena de obstáculos (cambios de fecha, exámenes, viajes, Abitur, etc.). Finalmente, pedimos permiso para utilizar el depósito un sábado de octubre; llevamos luces, micrófonos, cuerdas y sangre artificial; maquillamos y disfrazamos a los actores y al espacio. Nos divertimos mucho. Filmamos mil veces algunas escenas que no salían bien… otras salieron a la primera. Algunas escenas que salieron mal las tuvimos que filmar otro día, y para entonces el espacio había cambiado bastante, y hubo que disimular los cambios lo más posible.
Así es el cine: trabajas varios días preparando un guion, preparando un espacio, actuando y editando frente a una pantalla, y el resultado final son algo más de 12 minutos; 742 segundos para ser exactos, 742 segundos que valen la pena.
Trabajamos un año entero para producir dos cortometrajes y tres videoclips.
Participamos en dos festivales; del primero nos fuimos sin premios, pero con mucha experiencia ganada que, indudablemente, salió para que salgamos ganadores del segundo.
El galardón que ganó “El capitanazo” por ser el mejor cortometraje del Festival Intercolegial de Cine “La Salle” es un premio a la dedicación de este pequeño grupo de estudiantes: Avril Alcoreza, Nicole Avila, Leonardo Román, Nicolás Aguirre, Alejandra Gómez e Isidora Skoknic (las dos últimas estaban por subirse al avión del intercambio y seguían trabajando en el taller). Esperamos que al año sean muchos más.
Matías Contreras